Hay un momento en la vida de todas nosotras, las sissies, en el que nos damos cuenta de que sentimos por las mujeres una veneración fuera de lo común que nos hace sentir que somos diferentes del resto de los hombres: Es ese momento en el que comenzamos a fijarnos en la forma en que nuestra madre, hermana, tía, amiga...dedica su tiempo a eso que los machitos denominan de forma despectiva "cosas de mujeres"; y empezamos a deleitarnos con envidia, soñando con ser como ellas, de momentos femeninos en los que un hombre sólo piensa cuando se le muestra su resultado final, mientras que a nosotras lo que nos deleita es el proceso femenino que lleva a ese resultado
Así un día vemos por la rendija de una puerta como nuestra prima tan guapisima de piernas divinas se ajusta amorosamente la cinta de sus zapatos de tacon de aguja y envidiamos la suerte que tiene de poder llevar algo tan lindo. Nos sentimos excitados pero no por la idea de agarrarla y tumbarla boca arriba en el sofa del salon como cualquier macho en celo, sino ante la idea que nos sobreviene de poder ponernos unos zapatos tan divinos como esos.
O ya ese momento en tu casa donde una de tus hermanas o tu mamaíta en su habitación se paran a mirarse en el espejo para ver como les queda ese sujetador que se han comprado; Y tu, que haces que pasas por allí por casualidad camino del baño, miras de reojo como se inclina para adaptar sus pechos al sujetador y luego abrocharlo con una facilidad pasmosa que tu deseas adquirir; no para quitaserlo con la misma facilidad como haría un macho Don Juanesco, sino para saber abrocharlo con la misma pericia que ella.
Si algo de esto o parecido te ha ocurrido alguna vez corazón y estas aún dudando de tu condición, no te engañes, nos ha pasado a todas, eres una mariquita y debes de estar bien orgullosa de ello amorcito. Las sissies sabemos disfrutar de lo mejor del mundo femenino. Muacccsss.
Adorables sissies. Un placer tenerlas de amigas, compañeras, sumisas y tambien, esposas.
ResponderEliminarOh Misstress, como nos gusta imaginarnos en cualquiera de esos papeles y siempre siempre sumisas.
Eliminar¡Oh! ¡Cariño! Sin duda son unos momentos deliciosos cuando sientes las medias subir por la pierna, el sujetador darte una apariencia femenina o sentir el pintalabios transformando tu boquita. Son tantos los placeres de ir sintiendose mujer hasta que el espejo te devuelve una imagen sin rastro de masculinidad. Es tan dulce sentirse una mujer ardiente por sentir y satisfacer a un hombre.
ResponderEliminarPues claro que si, son tantas las sensaciones que experimentamos verdad? Un dulce beso amor.
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